¡Guerra! clamó ante el altar el sacerdote con ira;
¡guerra! repitió la lira
con indómito cantar:
¡guerra! gritó al despertar
el pueblo que al mundo aterra;
y cuando en hispana tierra pasos extraños se oyeron,
hasta las tumbas se abrieron gritando: ¡Venganza y guerra!
Los españoles defendemos no solo nuestra Patria,
sino también
nuestra Religión
y nuestras Tradiciones.

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