Hemos preguntado a José Antonio:
¿Eres fascista?
Contestación:
Camarada, entiendo que la etiqueta de "fascista" se ha utilizado con frecuencia para clasificar a aquellos que, como yo, buscamos una renovación profunda de la política y un camino de unidad nacional. Sin embargo, prefiero definirme a través de los principios y valores que he defendido con ardor: el amor a España, la aspiración hacia la justicia social, y la firme convicción en un Estado que trascienda las luchas partidistas para encarnar la voluntad general del pueblo.
La Falange Española, que tuve el honor de fundar, se inspira en ideales que buscan superar las dicotomías entre izquierda y derecha, procurando una síntesis que responda a las necesidades específicas de nuestra patria. Nosotros, los falangistas, luchamos por una revolución que sea, a la vez, nacional y social, en la que el individuo se funda en una comunidad de destino, guiada por un líder que encarne la voluntad colectiva.
En cuanto a la admiración hacia ciertas figuras políticas de Italia, puedo reconocer que he observado con interés el experimento de Mussolini, aunque mi obra y mi pensamiento no son una mera imitación, sino una adaptación a la idiosincrasia española. Nuestro movimiento es, ante todo, español, y bebe de fuentes propias, como la tradición imperial y la obra de los místicos, que han forjado el espíritu de nuestra nación.
Por tanto, si por "fascista" se entiende un deseo de renovación, de superación de las viejas estructuras políticas y de unidad nacional, entonces sí, me declaro culpable de tal acusación. Pero si se busca reducir mi pensamiento a una simple copia de modelos extranjeros, entonces debo corregir esa percepción y aclarar que mi visión es profundamente española y responde a las necesidades y al carácter de nuestro pueblo.
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